¡Qué fácil es dar clases particulares a niños! Dicen aquellos que nunca han impartido clases de ayuda con los deberes o clases de refuerzo escolar. Porque eso de impartir clases particulares a los más pequeños no es tan sencillo como parece, aunque la mayoría de profesores particulares lo descubren un poco tarde…
Niños desorganizados, niños que entienden las clases particulares como un castigo, niños a los que no le gusta hacer los deberes o que echan en cara que el profesor particular anterior era mejor, niños tímidos….¡Hay todo un mundo de sorpresas entorno a dar clases particulares a niños!
Por suerte, no todas las sorpresas son negativas, sobre todo si se tienen en cuenta algunos aspectos básicos para dar clases particulares a niñosprogresando en la formación.
- Observa su forma de trabajar. Recibirás información de sus padres y, seguramente, también de sus profesores de clase (en forma de informe de los padres) y te indicarán por qué tiene problemas de aprendizaje y por qué necesita clases particulares, pero antes de hacerte una idea (que podría ser acertada, o no) dedica una clase a dejar que el niño trabaje «como suele hacerlo». No se trata, de dejarle libre, sino más bien de observar y medir los porqués de sus problemas para hacer los deberes.
- Escucha sus opiniones.Son niños, pero no son tontos. Así que saben bien qué les gusta de sus profesores o de las clases escuchar sus opiniones puede ser muy útil a la hora de dar clases particulares a niños. No se trata de seguir a rajatabla todo lo que los niños digan, como es lógico, sino de tener en cuenta qué tipo de formación puede ser más adecuada y cómo afrontar materias difíciles o contenidos que no le gustan.
- No eres su amigo, eres su profesor. Es un error habitual entre los profesores particulares novatos, ganarse la confianza del niño «haciéndose amigo suyo», un error que suele pagarse en forma de clases con pocos resultados o en rabietas importantes el día el que profesor se pone serio. Desde el primer día, hay que dejar claro que eres un profesor, que escuchas, atiendes, observa, pero que tu objetivo es enseñar y que tu eres quien lleva la guía de la clase.
- Enséñales a desarrollar métodos de estudio. Un profesor particular enseña al niño a enfrentarse a una materia, pero no solo le enseña a hacer los deberes, a realizar los ejercicios o a estudiar también está influyendo en su forma de afrontar la materia, de organizar los contenidos… La organización no es solo «obligatoria» para los niños, también para los profesores que dan clases particulares a niños: explicar con esquemas claros, utilizar la pizarra o similares de forma organizada, e incluso tener el material escolar organizado y bien cuidado, ¡y hasta escribir con una ortografía, gramática y caligrafía correctas! Deben ser parte de clases particulares para niños.
- Informa a los padres de sus progresos. Un buen profesor particular es capaz de valorar los progresos del alumno, y de verbalizarlos en forma de informes a los padres. Es bueno que nos padres valoren el esfuerzo que es está haciendo y los logros que el niño consigue, pero también que se informe a los padres de problemas de conducta, de problemas de aprendizaje que no se resuelve o de cualquier otra eventualidad durante el trascurso de las clases.
Dar clases particulares a niños es una experiencia que aportará muchas satisfacciones al profesor si este es capaz de ganarse la confianza del niño, pero sin olvidar nunca los roles de cada uno y el objetivo de las clases.
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