Redactar una introducción y conclusión desempeña un papel especial en los trabajos universitarios y, con frecuencia, exige gran parte de tu atención como escritor. Las buenas introducciones deben identificar el tema, proporcionar el contexto esencial e indicar el enfoque particular del escrito. También deben captar el interés de los lectores. Mientras que las conclusiones de un trabajo escrito cierran el texto y sitúan los conceptos en un entorno más amplio. En algunos casos, también sirven para estimular la reflexión. Si bien no existe una fórmula única para redactar un texto, las siguientes directrices te ayudarán a construir un principio y un final adecuados para tus trabajos escritos.
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¿Cómo redactar una introducción para trabajos universitarios?
La introducción es el primer párrafo del trabajo. Su objetivo es dar a conocer al lector el tema del texto y los puntos que se tratarán en él. Debes incluir el enunciado de la tesis en esta parte, ya que indica al lector el propósito específico o el argumento principal. Esto puede lograrse llevando tu introducción de lo "general" a lo "específico".
Piensa en el párrafo introductorio de los trabajos universitarios como un triángulo invertido, con la parte más ancha arriba y la punta más afilada abajo. Por lo que debes comenzar proporcionando al lector una idea general del tema. La parte central de la introducción debe delimitar el tema para que se comprenda su relevancia y lo que se pretende conseguir con el trabajo. Y, por último, la parte final debe dirigir al lector hacia el punto principal exponiendo claramente tu tesis.
Paso 1: Engancha al lector
La primera frase marca la pauta de todo el trabajo, por lo que te recomendamos dedicar algo de tiempo a escribir un gancho eficaz que le dé una idea al receptor del tema sobre lo que va a leer y por qué es interesante.
Evita las frases largas y densas: empieza con algo claro, conciso y pegadizo que despierte la curiosidad del lector.
Paso 2: Proporciona un contexto
A continuación, proporciona al lector el contexto que necesita para comprender el tema y el argumento. Dependiendo del tema de tu ensayo, esto podría incluir:
- Contexto histórico, geográfico o social.
- Un esbozo del debate que estás tratando.
- Un resumen de las teorías o investigaciones pertinentes sobre el tema.
- Definiciones de términos clave.
Esta información debe ser amplia, pero claramente enfocada y relevante para tu argumento, por lo que no des demasiados detalles: puedes mencionar puntos que tratarás más tarde, pero reserva tus pruebas e interpretaciones para el cuerpo principal.
Paso 3: Presenta tu tesis
Al redactar una introducción debes incluir el enunciado de la tesis, una o dos frases que resuman el argumento general y este el espacio perfecto para centrarte y mostrar exactamente lo que quieres decir sobre el tema.
Es la parte más importante de la introducción. Una buena tesis no es solo una exposición de hechos, sino una afirmación que requiere pruebas y explicaciones. El objetivo es transmitir claramente tu posición en un debate o tu punto de vista sobre un tema.
Paso 4: Mapea la estructura del trabajo
Sobre todo, en los trabajos universitarios más largos, es útil terminar la introducción indicando lo que se va a tratar en cada parte. Sé conciso y da al lector una idea clara de la dirección que tomará tu argumento.
Paso 5: Revisa después de terminar el trabajo
A medida que investigas y escribes, puede que tu argumento cambie de enfoque o de dirección. Por esta razón, suele ser una buena idea esperar hasta más adelante en el proceso de redacción antes de escribir el párrafo de introducción; incluso te recomendamos que sea lo último que escribas.
Cuando hayas terminado el cuerpo y la conclusión, debes volver a la introducción y comprobar que esta coincide con el contenido del trabajo.
¿Cómo redactar las conclusiones de un trabajo escrito?
Después de redactar un texto debes ofrecer un cierre y para ello debes escribir una buena conclusión, que resuma todos los aspectos importantes del trabajo.
La conclusión debe:
- Unir los puntos principales.
- Demostrar por qué el argumento es importante.
- Dejar una buena impresión en el lector.
- Cerrar y completar el argumento, pero también mostrar qué nuevas preguntas o posibilidades ha abierto.
Paso 1: Vuelve a la tesis
Para empezar la conclusión, indica que el trabajo está llegando a su fin volviendo al argumento general. No te limites a repetir la tesis, sino que intenta reformularla de forma que muestres cómo la has desarrollado desde la introducción.
Paso 2: Repasa tus puntos principales
A continuación, recuerda al lector los puntos principales que usaste para apoyar tu argumento. Evita solo resumir cada párrafo o repetir cada punto en orden; por el contrario, intenta unir todo lo anteriormente expuesto de manera de que queden claras las conexiones. La conclusión es la última oportunidad para demostrar que todos los párrafos del ensayo forman un todo coherente.
Paso 3: Demuestra por qué tu trabajo es importante
Para concluir, amplía la visión del tema y considera las implicaciones de tu argumento. Por ejemplo:
- ¿Aporta nuevos conocimientos sobre el tema?
- ¿Suscita nuevas preguntas para futuros estudios?
- ¿Produce sugerencias o predicciones prácticas?
- ¿Puede aplicarse a otros contextos?
- ¿Se puede relacionar con un debate o tema más amplio?
Sea cual sea el tópico de tu texto, la conclusión debe destacar la importancia de tu razonamiento entre muchos otros trabajos universitarios, ya sea dentro de tu tema académico o en el mundo en general.
Intenta terminar con una frase contundente y decisiva que deje en el lector una sensación de interés por el tema.
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