Cómo saber si te queda bien el flequillo - Bulevar Sur (2024)

Admitámoslo. Todas alguna vez nos hemos planteado cómo nos quedaría ese o aquel flequillo. Pero, más allá de colocar nuestra propia coleta sobre la frente, todas las posibilidades de obtener la respuesta suponían pasar por la tijera. Lo malo es que, si decidimos hacerlo, para cuando hayamos descubierto que no nos vemos favorecidas con el flequillo, puede que ya no haya marcha atrás.

Y es que en el amplio y variado universo de los flequillos hay siempre unas opciones más favorecedoras que otras y una cosa es lo que nos gusta y otra, lo que nos queda bien. La clave para saber cuál nos sienta mejor es analizar nuestro tipo de rostro y saber cuáles son las formas dominantes en él. ¿Tenemos la mandíbula marcada? ¿Destaca la amplitud de la frente? ¿Tenemos el rostro más bien redondeado? Con ayuda del estilista, podemos dar respuesta a este tipo de cuestiones para determinar cuál es la forma de nuestra cara y elegir el flequillo que mejor nos ayude a compensarla en busca de la ansiada asimetría: el óvalo perfecto.

Tipos de flequillo según tu cara

Entonces solo nos quedará buscar un flequillo que responda a nuestras necesidades. Por ejemplo, los flequillos rectos contribuyen a resaltar las facciones, especialmente si existe algún tipo de prominencia o asimetría. Por el contrario, los flequillos desfilados suavizan los rasgos y aportan movimiento. Descubramos qué hay que tener en cuenta en cada caso.

Flequillo cara alargada

Este tipo de rostro de caracteriza por su verticalidad, por lo que los flequillos que favorezcan cierto acortamiento de la cara resultarán favorecedores. Es el caso de los flequillos rectos, que son especialmente apropiados en los casos en los que además hay una frente amplia. Pero también es el caso de los flequillos con forma redondeada (más largos por los extremos), porque restarán verticalidad. Lo mismo sucede con el flequillo tipo cortina, que enmarca el rostro y le otorga cierta redondez.

Igualmente, los flequillos ladeados y escalados permiten compensar las caras más alargadas, suavizando los rasgos.

Flequillo cara ovalada

Como es el tipo de cara más versátil, este tipo de personas pueden lucir diferentes formas de flequillo. Por eso pueden apostar por las tendencias de cada momento, como la actual de los flequillos largos y tupidos, la del flequillo tipo cortina o incluso por flequillos rectos más marcados.

Flequillo cara cuadrada

El carácter anguloso de este tipo de caras requiere cortes de pelo y flequillos que suavicen las facciones. Precisamente la mandíbula es uno de los puntos más marcados en este tipo de caras, por lo que una buena forma de restarle peso es optar por un flequillo largo ladeado, cortado con capas y ligeramente desaliñado. Otra opción podría ser un flequillo de cortina que deje entrever la frente para favorecer un efecto de alargamiento visual del rostro. La clave de este tipo de flequillo es que luzca un aire relajado para que compense la rigidez de las facciones.

En ningún caso es recomendable llevar un flequillo ladeado recto, ya que contribuiría a marcar los ángulos ya existentes. Igualmente, si tenemos una cara cuadrada nos conviene evitar los flequillos rectos, ya que endurecerán los rasgos.

Flequillos para cara redondeada

Para este tipo de cara son recomendables los flequillos ladeados que aporten cierta asimetría o flequillos tipo cortina que se abren hacia los lados. También los flequillos rectos ayudarán a compensar la redondez de la facciones propia de este tipo de rostros. Y en el caso de melenas largas, conviene también cortar los mechones laterales (los que enmarcan el rostro) en capas para acortar el ancho de la cara. Podemos decir que, en general, son los flequillos geométricos los que favorecen a las caras con forma redondeada, ya que ayudan a endurecer lo rasgos.

Flequillo para cara de corazón

En este tipo de caras despunta visiblemente la barbilla, con lo que el flequillo que elijamos habrá de compensar este desequilibrio para que resulte favorecedor. Así, podemos optar por flequillos ligeros o de cortina, que dejen entrever la frente para desviar la atención del mentón. Por el contrario, no conviene elegir flequillos ni demasiado tupidos ni largos, porque contribuirían a ocultar toda la parte superior del rostro, llevando la atención a la inferior.

Qué tener en cuenta para elegir flequillo

Aparte de tener en cuenta la forma de nuestra cara, hay otros factores que entran en juego a la hora de decidirnos por un tipo de flequillo u otro. Por ejemplo, la densidad y textura del cabello juegan un papel importante. Así, si tenemos una melena muy tupida, nos favorecerá más un flequillo largo, mientras que si la tenemos poco poblada, será más apropiado optar por flequillos más cortos que ganarán en densidad.

Si hablamos de cabellos ondulados, los flequillos que mejor se adaptan son los más desenfadados, ya que un corte recto resultaría más incómodo y difícil de mantener.

Por otra parte, los flequillos rectos a la altura de los ojos enmarcan más la mirada y destacan los ojos. Aunque si lo que queremos es disimular arrugas en la frente y el contorno de los ojos, un flequillo largo y desenfadado será la mejor elección.

Por último, si aún sabiendo la forma de nuestra cara y el tipo de flequillo que nos podría quedar mejor no nos decidimos a dar el paso, hemos de saber que siempre hay opciones intermedias que evitarán que nos arrepintamos de pasar por la tijera. Hablamos de flequillos como el de cortina, que podemos cortar largo y tupido para que se integre en la melena cuando lo necesitemos. Asimismo, un flequillo ladeado supone una versión menos arriesgada y muy cómoda de mantener.