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En agosto entrará en vigor el nuevo plan de estudios para la educación básica de la Secretaría de Educación Pública (SEP).¹ Este proyecto promete transformar profundamente la educación en México, ya que definirá los conocimientos que se impartirán a millones de estudiantes e influirá directamente en las capacidades de las generaciones futuras de mexicanas y mexicanos.

México ha tenido tres planes educativos distintos. El primero (2011) se enfocó en las competencias, el segundo (2016) en la educación integral y el tercero (2019) en aprender en comunidad. Y aunque han ayudado a mejorar la educación, algunas problemáticas persisten. Prueba de lo anterior es el analfabetismo, la falta de acceso a la educación y el rezago académico: en el año 2020, 4.5 millones de personas no sabían leer ni escribir,² 4 millones de niños/as y jóvenes en edad de estudiar no asistían a la educación básica,³ y casi la mitad de los estudiantes de 15 años no tenían los conocimientos mínimos en lenguaje, matemáticas y ciencias.⁴ La pandemia solo agravó muchos de estos problemas.

El nuevo plan en educación básica dejará una huella imborrable en nuestros niños/as y jóvenes. Este debería estar encaminado a solventar no solo las deficiencias educativas existentes, sino los retos que enfrentaremos en un mundo cada vez más competitivo. Porque de la educación que reciban nuestros estudiantes dependerá el rumbo de la economía, el progreso social y la estabilidad política del país. Por ello nos preguntamos: ¿en qué consiste el nuevo plan de estudios?, ¿nos coloca a la vanguardia frente al mundo? Y, sobre todo, ¿es lo que necesita México?

¿Qué conocemos del nuevo plan de estudios?

Para el gobierno en turno, el sistema anterior no era el correcto para México. Se hicieron principalmente dos críticas: : i) se priorizaron los aprendizajes útiles para el mundo laboral descuidando aquellos que permiten el desarrollo de las personas en sociedad, ii) la evaluación a los docentes no servía para mejorar su rendimiento sino funcionaba como castigo, pues de no alcanzar el puntaje mínimo, las y los maestros podrían perder su plaza. Con esto en mente, se reformó el sistema educativo en 2019.

Los cambios en el plan de estudios fueron discutidos en asambleas regionales con profesores locales a fin de tomar en cuenta el nuevo sistema educativo. Aunque el documento presentado por la SEP está incompleto, se pueden identificar claramente dos transformaciones:

• Ya no solo serán grados, también fases. Las fases son periodos que agrupan dos o tres grados escolares. La SEP tiene planeado que en cada fase el estudiante adquiera conocimientos de acuerdo al ritmo y capacidad de aprendizaje de cada alumno/a. Por ejemplo, un alumno de tercera fase (primero y segundo grado) puede estudiar el mismo tema en los dos grados si el profesor considera que no ha comprendido lo que debería. Este nuevo sistema de fases plantea dos retos. El primero, que las y los alumnos pudiesen no alcanzar los niveles adecuados de aprendizaje para su grado. El segundo, que las y los docentes deben familiarizarse con una forma de enseñanza completamente distinta para la que están preparados.

Fuente: SEP (2022) Marco curricular y plan de estudios en educación básica

• Campo formativo. La enseñanza será en bloques y las y los profesores decidirán los temas prioritarios. Las y los alumnos en educación básica aprenderán a partir de cuatro bloques: a) lenguajes, b) saberes y pensamiento científico, c) de lo humano y comunitario, d) ética, naturaleza y sociedad. Hasta el momento la malla curricular de cada bloque no está disponible, pero los conocimientos impartidos por las y los profesores deben de tomar en cuenta las situaciones relevantes para el individuo y la comunidad.

La falta de malla curricular deja espacio para que las y los profesores decidan a qué materias dar prioridad sin tener una guía clara, lo que podría ocasionar disparidades en el aprendizaje de las y los alumnos.

Aunado a lo anterior, el nuevo plan de estudios plantea nuevos desafíos que es importante considerar si queremos lograr un sistema que genere buenos resultados.

¿A qué retos nos enfrentamos?

Distribución de horarios. En preescolar y primaria la distribución de horarios de aprendizaje la designará el o la maestra tomando en cuenta las necesidades y características del estudiante, es decir las y los docentes tendrán la responsabilidad de coordinar y organizar los horarios en cada bloque. Por otro lado, en secundaria algunas materias tendrán menos horas respecto al plan anterior, por ejemplo, para química y biología se contemplan solo dos horas semanales.

Evaluación. El plan de estudios actual sugiere que las y los profesores evalúen el desempeño de cada estudiante conforme al registro continuo que cada profesor haga respecto al desenvolvimiento de cada estudiante en actividades y experiencias dentro de la escuela, la casa y la comunidad. Además, las y los maestros deberán tomar en cuenta el contexto socioambiental en el que viven y se desenvuelven las y los niños o jóvenes.

Hasta el momento, los documentos disponibles no contienen una métrica o especificaciones claras para considerar qué es un “desenvolvimiento óptimo de los estudiantes” ni cómo se estima el “contexto socioambiental”. La falta de claridad en la evaluación podría generar más dudas que soluciones porque cada docente tendrá una visión de lo que es el desenvolvimiento óptimo y la importancia del contexto socioambiental.

Abrir las escuelas a la comunidad. El plan menciona que las escuelas tendrán que vincularse con la comunidad, a través de proyectos organizados por docentes y directivos. El fin de este ejercicio es que las y los estudiantes apliquen los conocimientos que adquieren en las aulas y obtengan nuevos conocimientos de personas de su propia comunidad, como personas artesanas o bibliotecarias. Sin embargo, no se menciona si tendrán un presupuesto destinado a este tipo de actividades o asesoramiento por parte de la SEP.

Capacitación docente. El Consejo Técnico Escolar (CTE) dará una capacitación a las y los profesores, para que estén preparados para implementar el nuevo plan. La capacitación tendrá dos fases: la primera será una semana intensiva antes de empezar el ciclo escolar, y la segunda ocho sesiones ordinarias a lo largo del ciclo escolar.⁵ Hasta el momento, se desconoce el contenido de los cursos. Esto pone en duda sí la capacitación será suficiente para que las y los profesores puedan implementar con éxito los cambios planteados.

Tantas preguntas, tan pocas respuestas

El nuevo plan de estudios en educación básica es un proyecto ambicioso que busca cambiar la forma de enseñar en el país agregando fases, priorizando a las y los profesores y centrando las materias en cuatro bloques. Aunque la idea podría ser buena, resulta problemático que tras su lectura existan más dudas que respuestas de cómo se van a implementar los cambios en la vida real.

Además de los retos mencionados previamente, se tiene que considerar que precisiones fundamentales como las presupuestarias y de coordinación a nivel estatal y local no existen. De hecho, son páginas en blanco dentro del plan.

Estando a tres meses de empezar con el nuevo ciclo escolar, contar con un plan de estudios que aún tiene importantes huecos genera gran incertidumbre y, con gran razón, preocupación. Como ciudadanía nos corresponde exigir que el gobierno comparta información que responda estas preguntas para asegurarnos de que la educación ofrecida por el Estado mexicano no sea un completo desastre y que realmente se logre un aprendizaje de calidad. Recordemos que la educación es el alma de la sociedad y el futuro de nuestros niños/as y jóvenes.

mayo 30, 2022

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